jueves, 28 de mayo de 2015

Pozo de Donato o de Hunzahúa

Pozo de Donato o de Hunzahúa

De acuerdo con las tradiciones muiscas. el primer Zaque de Tunja fue HUNZAHÚA, quien se distinguió por su gobierno fuerte, el cual fue temido por ros súbditos.

Cuenta la tradición mitológica que Hunzahúa se enamoró de su hermana, haciéndose caso omiso del incesto, que era prohibido entre los Chibchas. Buscando algodón para las telas y arcilla para la cerámica, los hermanos viajaron a Chipatae en donde en arrebato de amor incestuoso se hicieron esposos.

La cacica madre al tener conocimiento del grave pecado de los dos hermanos, quiso castigar a su hija con la "sana" o sea el palo para revolver la chicha, pero la hija enamorada dio vueltas en torno a la vasija con gran facilidad.En un arranque de ira, la cacica madre lanzó la sana y rompió la múcura llena de chicha, la cual se fue regando abundantemente para formar un gran pozo, el que es llamado actualmente en Tunja, "Pozo de Hunzahúa".

Cuando Hunzahúa bajó de los Cojines del Zaque, después de su ceremonia matinal en homenaje al Sol, encontró en su cercado la triste realidad de su pecado y en sus alrededores una muchedumbre que protestaba contra los incestuosos hermanos. Los hermanos enamorados decidieron dejar definitivamente a Tunja y no sabiendo por dónde mejor guiarse, Hunzahúa arrojó una tiradera al aire que les señaló el camino hasta Susa. Allí la hermana incestuosa tuvo un niño que se convirtió en piedra y fue dejado en una cueva. Siguiendo la guía de la tiradera llegaron a las tierras de Bacatá y pasaron por debajo del Salto del Tequendama, en donde cansados y desilusionados determinaron convertirse en dos piedras que hoy están en la mitad del río.


El Tesoro de Quemuenchatocha
El Pozo de Hunzahúa es recordado también, como el lugar en donde el Zaque Quemuenchatocha escondió sus tesoros, ocultándose del afán de oro de los conquistadores españoles.
El Zaque mandó echar su gran tesoro de oro y esmeraldas en el Pozo de Hunzahúa, llevados en petacas de mano en mano de centenares de aborígenes, desde el cercado de Quimuinza (actualmente Convento de San Agustín), hasta la laguna sagrada.
De acuerdo con las tradiciones indígenas, la mayor parte del tesoro quedó en el fondo de la laguna, que hidrográfica y geológicamente es una fuente freática.

En busca del tesoro de Quemuenchatocha se hicieron varios intentos de desecamiento de la laguna. Uno de ellos lo hizo don Jerónimo Donato de Rojas en el siglo XVII y cuentan las tradiciones que gastó consiaerables sumas de dinero y puso muchos obreros sin alcanzar ningún resultado favorable; los tunjanos le dieron el nombre de POZO DE DONATO.
Dicen los tunjanos Que cuando una deuda no se paga en Tunja, "Cayó al POZO DE DONATO", es decir, se perdió para siempre.
También narra la leyenda tunjana que en el fondo del Pozo hay una larga viga de oro tendida horizontalmente por debajo de la tierra desde el lago hasta la Catearal de Tunja; si se dan fuertes golpes con un pesado martillo sobre la viga, al momento tiembla en la Catedral.



Cuentan que el pozo no tiene fondo, y que además, entre sus aguas hay pilares, sobre los cuales podría estar sosteniendo la ciudad de tunja También, que hubo un intento de secar la laguna, pero que al momento de empezar, la ciudad empezó a temblar, por lo cual se desistió del objetivo.
Esta Leyenda de origen colombiano, cuenta que fue Hunzahúa, uno de los pocos soberanos que impusieron su dominación sobre toda la nación chibcha. Era fuerte y luchador en las batallas. Pero la ruina de aquel hombre irresistible, no la acarreó ningún enemigo, sino sus desarregladas pasiones.
Tenía Hunzaúa una hermana tan hermosa, que no pudiera haberse hallado otra como ella entre todas las doncellas chibchas. El veleidoso monarca se enamoró apasionadamente de su hermana y comunicó a su madre su determinación. Negóse la madre a dársela como esposa. Cosa insólita debió parecerle a aquella grave matrona tan insensato antojo de su hijo. Los chibchas, al menos en los dominios de Zipa, tenían prohibido el matrimonio entre parientes, hasta el segundo grado de consanguinidad, y en toda la nación chibcha era tan abominable el incesto, que tenía siempre por castigo la muerte.
Quedó Huzaúa, anonadado ante la inflexible negativa de su madre. La más acerba tristeza abatió por muchos días el ánimo del soberano de los chibchas. Perdió el tino y el consejo, y prefirió huir a Chipatae, robando a su hermana de la tutela de su madre. En Chipatae la hizo su esposa. Algún tiempo después, el recuerdo de su madre desolada, los forzó a volver a Tunja al hogar materno. Bien comprobó entonces la madre que los dos hijos eran esposos, montó en cólera y dispuso corregir a en su hija tan enorme escándalo con un severo castigo. Echó mano de la sana, que era el palo de revolver la chicha; la muchacha, que no era tonta, se amparó tras de la tinaja. Esquivó el tremendo garrotazo, que dio estruendosamente sobre la gacha o moya. Toda la chicha se derramó y entonces se formó el pozo de Donato, que es como en nuestros días se denomina una famosa laguna, situada al norte de la ciudad de Tunja.
Los dos desalentados hermanos ya no dudaron que solamente huyendo de palacio podrían gustar la felicidad. Abandonaron a Tunja y partieron hacia el sur, hasta Susa. Aquí se dispuso con alegría el Zaque errante a recibir de su esposa el primer fruto de aquel su gran amor tan desdichado. Pero los nuevos padres quedaron espantados, al ver que el niño recién nacido se les quedó, de pronto, ante sus ojos, convertido en piedra.
Considerándose castigados por el Cielo, abandonaron Susa, sin saber qué rumbo seguir. Creyeron hallar en una encrucijada la señal que les indicaba el camino, y por él emprendieron un largo y fatigoso peregrinar, hasta que un día llegaron hasta el Salto de Tequendama. Allí resolvieron quedarse a vivir, sin ver ni oír a nadie, escondidos en los bosques cercanos. Al pasar la impetuosa corriente, sintieron los dos infaustos compañeros un súbito desfallecimiento: se miraron, y al mismo tiempo un hielo de muerte paralizó sus cuerpos, quedando allí convertidos en piedras en medio del río, hasta el día de hoy...






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